¿Cuántas veces hemos vivido situaciones que están relacionadas o tienen una unión directa con nuestros familiares. Comprender los complejos lazos que se han tejido en nuestra familia, descubrir las sincronicidades en las fechas, en los nombres, las carencias, las palabras que nunca llegaron a pronunciarse o se pronunciaron como un exabrupto, es fundamental para el conocimiento de quién soy.
Las creencias y las costumbres en las que todos hemos nacido están vinculadas al programa familiar, que mantenemos al pertenecer al linaje que hemos escogido; estos hilos invisibles, inconscientes, son los que nos mantienen unidos al Clan.
Heredamos el color del pelo, de ojos, algunas enfermedades y un programa emocional vinculado a nuestros antepasados.
Todos sin excepción tendríamos que conocer nuestro árbol genealógico, al menos hasta la cuarta generación, o sea, los bisabuelos.
Repetir los hechos, que han formado el drama familiar de nuestros antepasados como los abortos intencionados, la imposibilidad de tener hijos, las violaciones dentro de la familia, los engaños sobre herencias, el rencor entre hermanos, la idea cierta de que mi madre quiere más a mi hermana, la sustitución de un hermano después de su muerte y un sinfín de otras acciones como seguir con los mismos nombres de los abuelos o padres, fechas vinculadas a grandes acontecimientos recordados por todos; es para nosotros una manera de honrarles y de serles fieles.
Todo esto lo hacemos sin que nos demos cuenta, es totalmente inconsciente, no somos capaces de verlo y sentirlo como unido a nuestra forma de observar el mundo.
Puede tener sentido como rezan los Upanishad, que no hagamos caso de nuestras creencias y costumbres, pues la mayoría son parte de un programa que imitamos todos los días sin muchos cambios en su desarrollo. Lo creamos o no, repetimos en nuestra mente la mayoría del tiempo el mismo cantar, que confirmamos como nuestra verdad.
Una persona que no está viviendo su visión interna, acaba viviendo sus creencias. Recuperar la identidad y el acuerdo de los ancestros, así como, escuchar el inconsciente que nos envía la información necesaria para nuestro crecimiento, nos acerca más a lo que somos.