En estos primeros 15 días de Mayo nacieron por orden cronológico S. Ramón y Cajal, Maquiavelo, Soren Kierkergard, Karl Marx, Orson Welles, Sigmund Freud, Tchaikovski, José Ortega y Gasset, Benito Pérez Galdós, Salvador Dalí, Cela y Umbral. Este buen elenco de geniales observadores me sirve para fijarme en Freud y lo que después será La sociedad Psicológica de los Miércoles, que acabaría llamándose Asociación Psicoanalítica Vienesa.
Todos estaban pendientes de conocer y entender ese inmenso material que portamos, que es el inconsciente. Se pasaban las horas con el foco puesto en esa otra parte de nosotros, que conserva información primordial y privilegiada. Aunque les ardiera la cabeza cada uno se convirtió en buscador incansable de los contenidos a los que no tenía acceso el consciente.
Freud, que siempre fue muy astuto y supo aprovecharse primero del trabajo, cuando ambos trabajaban con la hipnosis, de Joseph Breuer y después de Georg Groddeck, cuando éste le envió una serie de cartas dirigidas a una amiga imaginaria, que en realidad era Freud. Cartas revolucionarias, que luego Freud emplearía en publicar su libro “El Ego y el Ello” en clara fricción con Groddeck que tenía la idea de que limitaba el Ello a su neurosis y teorías psicosexuales, que tanto habían escandalizado a la sociedad vienesa.
Groddeck llegó a decir ya en 1921 en las cartas a Freud: “Soy de la opinión de que el hombre está animado por lo Desconocido. En él hay un Ello, algo maravilloso que regula todo lo que hace y le sucede. La frase “yo vivo” es sólo condicionalmente correcta; expresa un pequeño fenómeno parcial de la verdad fundamental: “El hombre es vivido por el Ello”
Aquellas reuniones regidas con mano de hierro por Freud, parieron excelentes personajes que nos han ofrecido relatos y material abundante para conocer mejor, qué es el inconsciente.
Aunque la fama se la llevara Freud, para todos ellos los nombrados y los no nombrados, gracias infinitas por la valentía con que actuaron y se enfrentaron a su época, (aún cerrada en creencias y costumbres) y las revolucionarias formas de observar la psique.