Dentro de los estados alterados de conciencia, que todos vivimos a diario desde el abotargamiento o lapsus temporal, hasta los cotidianos sueños diarios, el hombre expande su conciencia a menudo. La ingesta de diversas sustancias como los psicotrópicos, drogas o medicamentos, también nos pueden inducir estos estados. El estar enamorado o simplemente el darnos cuenta de porqué repito ciertas creencias o acciones, igualmente expande la conciencia.
La hipnosis Ericksoniana es una técnica desarrollada en la primera mitad del siglo pasado por el genial psicólogo y psiquiatra Milton Erickson, quien logró superar la enfermedad de poliomielitis y sus secuelas.
La hipnosis genera un estado de conciencia alterada, en la que el sujeto hipnotizado estrecha el foco de atención. Se ha comprobado, que durante esos momentos existe actividad cerebral de las ondas alfa y theta, las que corresponden a estados de acercamiento al sueño, actividad creativa y sosiego.
La hipnosis Ericksoniana ha despertado el interés de muchos terapeutas por ser una técnica que no intenta inducir ningún estado, sino buscar soluciones.
El Dr. Milton Erickson, fue innovador como psiquiatra ya que utilizaba en contadas situaciones los medicamentos y las hospitalizaciones en sus pacientes. Se apartó de los métodos clásicos de la psicología de su época, psicoanálisis y conductismo. Erickson pensaba, que el psicoanálisis al dirigirse hacia la causa del conflicto en el pasado, en muchos casos no lo gestionaba correctamente.
Su aportación al campo de la hipnosis es directo:
Por su facilidad de aplicación, sin que a la persona le pueda parecer algo complejo, sino un estado natural y por su gran eficacia, la Hipnosis Ericksoniana está siendo incorporada a diversos campos. Es la forma más sencilla de iniciarse en la autohipnosis y poder acceder por uno mismo a los beneficios de los recursos que se poseen. El lenguaje Ericksoniano, descripto en modo metafórico, puede distraer a la parte consciente y llegar al inconsciente del sujeto, para permitirle encontrar sus propias soluciones o las respuestas que el paciente necesita.