Dentro de los fenómenos hipnóticos, uno de los más significativos de todos, son las sugestiones posthipnóticas. Uno de los secretos mejor guardados, es que por este medio, se puede transformar y superar viejos patrones y hábitos que ya no son más que una carga.
Ejemplos. No tengo fuerzas para decir no. No soy capaz de que me reconozcan lo que valgo. No confío en mi. Estas creencias que ya no son útiles, se superan generando una nueva forma de actuar.
Se pueden dar instrucciones en estado de trance para utilizar con habilidad una conducta en el futuro, para que sea manejable y aceptable. Se puede instruir a que en determinada fecha, una persona, realice de forma ordenada y espontánea ciertas acciones que siempre le han paralizado. Así en un momento adecuado de reflexión, relajación o durante el sueño, la persona se da cuenta de las posibilidades que antes no usada de forma adecuada.
Como medida terapéutica, las instrucciones o sugestiones posthipnóticas son de gran valor, cuando son usadas para dar un insigth, una oportunidad de desarrollar CLARIFICACIÓN e integrar una conducta que se nos resiste.
Las inseguridades, las quejas emocionales, los conflictos, miedos, ansiedades y alteraciones psicosomáticas que constituyen una parte importante de los problemas que veo en la práctica diaria, se TRANSFORMAN hacia una nueva forma de entender y gestionar métodos de conducta emocional, que se ajusten más a nuestra vida y la hagan más estable.
Estos problemas que no pueden ser tratados con medicamentos ni cirugía ni con la simple afirmación de que “a usted no le pasa nada fisicamente” son los más abundantes en nuestro entorno y no es que seamos inválidos emocionales, sino que AÚN no tenemos los métodos de trabajo eficaces para los estados satisfactorios de nuestras emociones.