Miro las estrellas, tengo la impresión de que las estrellas también me observan, como si el ojo con que miro el mundo y el ojo que me observa a mí, es el mismo. Los sueños lúcidos actúan también de esta forma, son un recordatorio. Tener el valor de superar las creencias y los prejuicios en los que cada uno vivimos es el primer paso para experimentar otras posibilidades.
Una vez que uno se da cuenta en el sueño, que está soñando y se siente dentro del sueño, está en un sueño lúcido. No es un viaje astral o una locura transitoria, se experimentan sensaciones intensas, colores vivos, imágenes perfectas.
Cuando te das cuenta de lo reales que son los sueños, pueden parecerte más normales. Soy consciente que durante el sueño lúcido la mente creativa está altamente activa, y por tanto, puede mejorar nuestras habilidades.
En el sueño puedes ver las cosas desde distintos puntos de vista. La información que obtengas en los sueños lúcidos puede ser fundamental, puedes acceder a tu inconsciente y hablar con él cara a cara.
En un sueño lúcido puedes pedirle consejo a tu mente. Este proceso tiene acceso inmediato a los problemas más arraigados e información de situaciones que ni siquiera recuerdes.
En un sueño lúcido puedes enfrentar tus problemas, miedos y ver su origen. Un sueño lúcido equivale a un retiro espiritual.
Un ejemplo, que siempre me viene a la memoria, es la muerte de un ser querido del que no he podido despedirme. Sentir en un sueño lúcido que estás hablando con su energía y te has puesto en contacto con ella, es sorprendente.
El caso es que la mente reconoce el sueño como real, si te despides de la forma que quisieras de tu ser querido ya fallecido, al despertar tendrás una sensación de alivio enorme y no sentirás ese agobio. Te sentirás realmente como si te hubieras despedido de la persona, sean cuales sean tus creencias, porque en tu inconsciente experimentaste una situación real en la que lo hacías, y te proporciona ahora tranquilidad.