¿Quién no está conectado a sus ancentros? Cuantas veces hemos vivido situaciones que están relacionadas o tienen una unión directa con nuestros antepasados.
Comprender los complejos lazos que se han entretejido en nuestra familia, descubrir las sincronicidades en las fechas, en los nombres, las carencias, las palabras que nunca llegaron a pronunciarse o se pronunciaron como un exabrupto, es fundamental para el conocimienro de quién soy.
Las creencias y las costumbres en las que todos hemos nacido están vinculadas al programa familiar, que mantenemos al pertenecer al linaje que hemos escogido; estos hilos invisibles, inconscientes, son los que nos mantienen unidos al Clan.
La misión, por la cual, estamos aquí, está relacionada con el darme cuenta de ¿Quién quiero ser? y ¿De qué grupo familiar provengo?
Todos sin excepción tendríamos que conocer nuestro árbol genealógico, al menos hasta la cuarta generación, los bisabuelos.
Repetir los hechos, que han formado el drama familiar de nuestros antepasados como los abortos intencionados, la imposibilidad de tener hijos, las violaciones dentro de la familia, los engaños unidos al Clan sobre herencias para quedarnos con la mayoría del capital, el rencor entre hermanos, la idea cierta de que mi madre quiere más a mi hermana, la sustitución de un hermano después de su muerte y un sinfín de otras acciones como seguir con los mismos nombres de los abuelos o padres, fechas vinculadas a grandes acontecimientos recordados por todos; es para nosotros una manera de honrarles y de serles fieles.
Logicamente todo esto lo hacemos sin que nos demos cuenta, es totalmente inconsciente, no somos capaces de verlo y sentirlo como unido a nuestra forma de observar el mundo.
Puede tener sentido como rezan los Upanishad, que no hagamos caso de nuestras creencias y costumbres, pues la mayoría son informaciones de un programa que imitamos todos los días, sin muchos cambios en su desarrollo. Lo creamos o no, repetimos en nuestra mente la mayoría del tiempo el mismo cantar, que nos hemos afirmado como nuestra verdad.
El espíritu se une a través del corazón de los hombres. Un hombre que no está viviendo su visión interna, acaba viviendo su muerte. Recuperar la identidad y el acuerdo con los ancestros. Escuchar lo que nos envía esta información necesaria para nuestro crecimiento, nos acerca más a lo que somos.