La vuelta al mundo en 80 días es un relato de Julio Verne, célebre por las fantásticas aventuras que nos cuenta en sus novelas, a veces, surrealistas.
Una curiosidad, la primera persona que dio la vuelta al mundo en 72 días en el año 1889 responde al nombre de Nellie Bly. Incluso escribió un libro narrando su aventura, mucho menos célebre que la obra de Verne: Vuelta al mundo en 72 días.
Nellie Bly era en realidad el seudónimo que empleaba la periodista Elizabeth Jane Cochran.
Arriesgó la vida haciéndose internar en una institución mental durante diez días para poder escribir sobre ella, gracias a lo cual cambió la forma en la que se tratan a los enfermos mentales en Estados Unidos, de ahí conozco la historia de esta mujer.
Ante la misma realidad dos personas piensan de forma distinta, pues un porcentaje muy alto de nuestro sentir, viene de nuestra experiencia, creencias y emociones.
Nuestro desafío es saber gestionar nuestra mente. Todo volverá a ser más estable, la situación que estamos viviendo por más anormal que nos parezca, está aquí.
Ha dado la vuelta el mundo en tan poco tiempo, que ahora nos sentimos vulnerables. Para manejar el pensamiento y las emociones hemos de estar atentas.
Algunas preguntas que nos hacemos: ¿Qué ocurrirá con la libertad individual y la justicia social?
¿Nuestra salud está en peligro? ¿El estado nos tutelará para que no perdamos el rumbo?
¿Qué tipo de chip nos pondrán para controlar nuestra inmunidad?
¿El estado nos protegerá para no arruinarnos?
¿Nos aislarán más meses en el futuro?
¿Será verdad todo lo que nos cuentan? ¿Realmente es tan complejo manejar un virus? ¿Dónde se manipuló este virus?
Al mismo tiempo se puede pensar lo contrario. Sin miedo, sin juzgar a nadie, pues todo esto nos debilita.
El mundo se pone interesante, deja de ser un lugar donde perder el tiempo, para ser un lugar donde generar una gran conciencia. Sin estar condicionados a creer que este mundo es escaso, pues eso nos convierte en rivales.
Me pregunto algo muy sencillo. Los estados, los ciudadanos, la sociedad, el mundo, todos los que tenemos conciencia de lo castigada y arrasada que está la salud de la naturaleza. ¿Habríamos hecho lo mismo por la tierra, por nuestra Madre Tierra?
Parar durante 56 días y quedarnos tranquilos viendo su resurgir.
La humildad propia de la grandeza, buscar el valorar por encima del quedar bien.
El poder del enfoque nos hace mucho más poderosos de lo que nos hacen creer, hay un diseño que por suerte está cambiando.