Durante los cursos y talleres voy observando cada vez más este viejo cantar:
No tengo la suficiente confianza en mí misma. Nadie quiere estar conmigo.
No me quieren. No merezco ser feliz.
No me reconocen lo que valgo. Mi familia no me acepta.
Nos callamos las cosas que nos duelen o nos molestan, para que los demás no sepan que nos ocurre, incluso en ocasiones, para no incomodar. Error.
Estos mandatos son formas mentales con una energía emocional tremenda insertada en el inconsciente, cuya presencia ignoramos y cuyos efectos condicionan y rigen nuestras actitudes y comportamientos.
La vida es para manifestarla y si se puede con inteligencia emocional, mejor. Ya sabes no vivimos para siempre.
Configuramos un mundo hacia lo que digan o piensen los demás. Ser natural y dejar de ser indeciso, es una obligación
Descubrir que puedes ser tú misma, te rechacen o te digan que eres una fenómena. Manejar nuevas creencias, más ventajosas y verdaderas. Se trata de asentar la estrategia y la conciencia sin límites.
Temes que un día te des cuenta de que no sabes lo que quieres. No terminas de creer en ti. No te sientes el profesional que eres. La persona que quieres ser. Entiendo lo que te ocurre. No conozco a ninguna persona que no se ha sentido así en algún momento. Es una forma de crecimiento, crecer hacia donde quieres.
Esta forma de limitar tu crecimiento es más normal y habitual de lo que suponemos. De ahí la urgencia de cambiar la educación. Por esto es tan importante que lo observes y lo controles.
Esto influye en tus acciones y decisiones. El primer paso que doy con mis clientes es dejar los bloqueos a la puerta de la consulta como un perchero donde se quedan las pesadas formas de pensar y el ruido mental. Todo es un patrón de conducta muy bien definido en tu cerebro desde hace tiempo.
El objetivo está puesto en las necesidades que tienen, en saber a qué vienen, el trabajo con las personas tiene que ser hecho por profesionales que sepan manejar las situaciones y las emociones.
Tenemos que usar nuestra mente inspiradora. La tarea de acompañar e inspirar a los demás ha de ser realizada con amor, generada con entusiasmo, compromiso y pasión.