Ese fue el momento. El darme cuenta que, lo que pasó, no fue más que su emoción encerrada y traumática, mientras que lo que hacía que el anciano no tuviera enfermedades era su forma de ser y ver la vida. Distintas emociones, distintas realidades. Me dí cuenta que liberar las barreras y ataduras mentales, nos permite gozar de una identidad mucho más saludable. Así de claro, las emociones negativas que no hemos digerido, nos enferman. Todo es parte del camino para darnos cuenta que nos equivocamos cuando para no hacer daño a los demás nos hacemos daño a nosotros. La frustración, el miedo y el estrés nos dejan marca en nuestro cuerpo. Entendí que si vives una situación mental y emocional de tristeza, ahogo, sin poder respirar, ni decírselo a nadie, el pulmón enferma. Una mente despejada de ansiedades y tensiones emocionales equilibra la tristeza y el ahogo para descongestionar el pulmón. Decidí trabajar con las emociones para manejarlas con habilidad. Estas herramientas me han proporcionado una enorme satisfacción en la práctica clínica. Las etiquetas depresión, ansiedad, falta de autoestima, no es más que no saber qué hacer con las emociones, no saber qué dirección tomar, el miedo a hablar de lo que sentimos. Ser útil en el plano emocional es la finalidad. Dejar atrás la parálisis y el miedo que genera la incertidumbre de no saber que hacer. El acercamiento a las capacidades y recursos que nos ayuden a descubrir aquello que somos y necesitamos. Nuestra historia en Ninsubur comenzó con una pasión compartida por la gestión emocional y la conexión mística. A lo largo de los años, hemos ayudado a numerosas personas a descubrir su potencial interior y encontrar equilibrio en sus vidas. Nuestro compromiso es brindar herramientas prácticas y profundas para el crecimiento personal y espiritual. Comienza tu propio viaje hacia la transformación!!